LA RECESIÓN YA ESTÁ AQUÍ

En septiembre de 2018, publicamos un artículo titulado “De la desaceleración a la probable recesión”. Para ello, nos basábamos en el informe publicado por Funcas, en el que ya se evidenciaban las primeras señales de desaceleración y que el ciclo expansivo empezaba a dar los primeros síntomas de agotamiento.

Éstos eran el descenso del consumo privado, una pequeña bajada de las exportaciones y una productividad casi nula. Según Funcas, la economía seguiría desacelerándose durante los siguientes trimestres, incluso de manera más acusada de lo previsto.

Aventurándonos a hacer una previsión a varios años vista, y constatando que la evolución de la economía es cíclica, elaboramos, si recordáis, el siguiente gráfico, en el que decíamos que pudiera ser que únicamente tuviéramos por delante unos cuatro o cinco años de crecimiento. Éstos últimos menores al 1%, lo que supondría una economía estancada y sin posibilidades apenas de seguir creando empleo.

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Dijimos también que, si se estancara la demanda, aumentaran los costes y los precios de venta se mantuvieran igual, ante la imposibilidad de subirlos, por la mayor presión de la competencia, para las empresas significaría una disminución de los beneficios y, una menor capacidad de inversión en innovación y mejora de los medios de producción.

En algunos casos, sobre todo en pequeñas empresas y autónomos, supondría, incluso la inviabilidad y cierre del negocio, si esta situación se mantuviese en el tiempo. En consecuencia, miles de personas se verían abocadas al paro, con el drama familiar y social que ello conllevaría.

Desgraciadamente, debido al Covid-19, esta situación se ha adelantado y de manera repentina. Nos ha pillado con gobiernos débiles, incapaces de hacer, desde 2016, la reformas que el país necesitaba para estar preparados y, en consecuencia, poder soportar con garantías esta nueva recesión en la que, sin duda, vamos a entrar.

También decíamos que las empresas debían mejorar la productividad y prepararse para este nuevo ciclo económico. Para ello, se necesitaba un plan estratégico a varios años, incluido, y muy importante, la formación de las personas de acuerdo con las necesidades reales. Finalmente, deberíamos desplegar este plan a toda la organización, crear indicadores, medibles, acciones concretas para cumplirlo y, consecuentemente, un seguimiento para asegurar los resultados. Sinceramente, y por nuestra experiencia diaria, creemos que hubiésemos podido hacer más.

Lamentablemente, vamos a entrar en recesión, no creemos que haya nadie que lo ponga en duda, pero tenemos que salir de la mejor manera posible.

Para ello, y teniendo en cuenta la penosa experiencia de los años 2008 y 2009, en la que la caída del PIB fue también muy dramática, en la que miles de empresas cerraron y millone de trabajadores fueron al paro, es necesario que se apliquen medidas diferentes para mantener el máximo de empresas y trabajadores autónomos. Esperemos que las instituciones nacionales y europeas estén a la altura de las circunstancias para que esta crítica situación dure el menor tiempo posible y volvamos lo más pronto posible a lanormalidad.

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Vicente Bononad Valero

www.simpleproductividad.es

Marzo de 2020